Un lugar de literatura: Libros que leo

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miércoles, 29 de junio de 2022

La metamorfosis

Es difícil encontrar en la historia de la literatura una vida más kafkiana que la del propio Franz Kafka. Nació en Praga, entonces Imperio Austrohúngaro en 1883. Miembro de una familia judía germanófona. Por eso escribió su obra en alemán no obstante que a Kafka se le considera checo. No alcanzó la fama durante su vida. Es más, en el lecho de su prematura muerte, solicitó que toda su obra fuera lanzada a las llamas de una hoguera. Si no hubiera sido porque su amigo, Max Brod, no hizo caso a su petición, lo más probable es que su obra habría pasado inadvertida. Murió a los cuarenta años en Viena el año 1924, producto de una tuberculosis. Su padre fue un comerciante judío de infancia precaria y que tuvo que trabajar desde muy joven. Kafka se dolía de que Herman Kafka restregara en las narices de su familia la pobreza y penurias que padeció. Demás está decir que la relación del escritor con su progenitor fue conflictiva por decirlo de alguna forma. La influencia que ejerció el padre en la vida de Franz Kafka es notable, pero ¿hasta qué punto es relevante en su obra? Esta es la vieja cuestión de si hay relación entre vida y obra del autor. En el caso de Kafka hay que analizar si su producción literaria es un reflejo ficcional de su existencia, una experimentación con entes novelescos de sus sentimientos y pensamientos. Más de una vez confesó que la literatura era su único refugio de libertad, el único consuelo en un mundo incomprensible. Mediante ella dialogaba consigo mismo y exteriorizaba sus inquietudes. El padre influye provocando un sentimiento de inferioridad en el autor que se desprende del fatalismo de sus obras y en que sus protagonistas fueran perseverantes, valientes y desafiantes ante un mundo absurdo. El padre representa, además, la sociedad avasalladora e injusta, que niega la individualidad y ahoga las aspiraciones del ser humano. Los protagonistas representan al propio Kafka rebelándose en la ficción, no en la realidad, contra un eje tiránico padre-sociedad. Son rebeldes pacíficos que practican la desobediencia civil. Mediante la literatura, Kafka le pudo decir al fin a su padre: “te he vencido, estoy por encima de ti”. Su madre, Julie, procedía de un entorno menos adverso que el de su padre. Fue una mujer sumisa. Tuvo dos hermanos mayores, varones que fallecieron prematuramente y tres hermanas menores, mujeres que posteriormente mueren en campos de concentración nazi. Pero no es el objetivo de este vídeo reflexionar acerca de la biografía de Franz Kafka, si no la de hacer una reseña de la que es, tal vez, su obra más famosa: "La Metamorfosis". Podríamos calificar a la "La Metamorfosis" como un cuento largo o una novela corta pues no es de larga extensión. Fue publicada por primera vez en 1915. A inicios de la Primera Guerra Mundial. Es una de las pocas obras de Franz Kafka que alcanzaron a publicarse en vida del autor. En sus primeras líneas, ya en su primara frase, el relato nos transporta a una realidad brutal que golpea con la fuerza de un mazazo, y de inmediato,  al lector. Gregorio Samsa, después de una noche en la que tuvo un sueño intranquilo, amanece una mañana cualquiera transformado en un horripilante insecto. El personaje es un vendedor viajero que trabaja para una tienda de telas y de él depende, económicamente, su familia. Despierta algo incómodo suponiendo que por la pesadilla. Sin embargo, va descubriendo, poco a poco, que ya no es el mismo, que perdió su forma humana. Inspecciona su nuevo cuerpo y se percata de sus innumerables patas, de su abdomen inflado, que en el lugar donde antes estaba su espalda ahora hay un enorme caparazón, también que de su cara brotan mandíbulas. Sin embargo, y a pesar de lo horrible que es su nueva realidad, su primera preocupación es justificarse ante sus jefes. Se da cuenta de lo tarde que es e intenta iniciar sus actividades cotidianas, pero al estar acostado sobre el caparazón, y por más que se balancea y mueve de un lado a otro, le es imposible levantarse de la cama. Su familia empieza a preocuparse, por lo que golpean a su puerta y lo llaman para que salga. La tardanza despierta también preocupación en su lugar de trabajo, ya que era inusual que faltara o llegara tarde y era considerado una persona responsable. Un gerente de los almacenes donde trabaja decide ir a su casa debido a su inusual retraso. La voz de Gregorio ya no es la misma y rechaza abrir la puerta.  El gerente se impacienta por la falta de explicaciones y comienza a regañar a Gregorio y a amenazarlo con despedirlo. El protagonista hace un gran esfuerzo por abrir la puerta y asoma la cabeza por el resquicio. Es entonces que su familia y su jefe, el que huye espantado, se percatan de su nueva forma: la de un enorme escarabajo. Las reacciones no fueron para nada buenas. Su jefe, preso del pánico, sale despavorido por los nervios, su madre sufre un desmayo por la sorpresa y su padre lo encierra cruelmente, y de una patada, en su habitación. La frustración invade el hogar de la familia Samsa quienes no saben cómo hacer frente al acontecimiento. El desprecio emanado de su padre era notable. Su madre se desmaya en varias oportunidades al verlo, lo que enciende la ira de su padre. En una ocasión, este le lanza manzanas con el fin de lastimarlo y le provoca una herida que después se infecta. La única que muestra algún grado de afecto es su hermana Grete, pero con el tiempo esta empatía se convierte en repulsión, tras tener que limpiar su habitación constantemente. A pesar de ello no deja de alimentarlo y atender sus necesidades. Gregorio se esconde para que no lo vean, no quiere hacer sufrir a su familia. No obstante, necesita recibir un poco de amor. Un día, Grete y su madre, al descubrir que la nueva afición de Gregorio es moverse por la habitación, tanto por las paredes como por el techo, deciden sacar sus muebles para facilitarle la tarea. Nadie cuida a Gregorio y su herida se infecta. Como Gregorio ya no puede trabajar para ayudar a su familia, alquilan una parte de la vivienda a tres personas. Mantuvieron a Gregorio en secreto con el fin de que esta nueva forma de recibir ingresos funcionara. Intento que fue en vano pues este salió de la habitación a escuchar la melodía tocada en el violín por Grete. Llega al salón donde estaban todos reunidos y atemorizó a los inquilinos quienes después de aquella imagen se negaron a pagar las cuotas correspondientes a la comida y hospedaje. Se marcharon. Enfrentada a una situación sin remedio, su hermana propone entre lágrimas deshacerse de Gregorio. Todos están de acuerdo porque creen que han hecho todo lo que han podido por ayudarlo, pero no saben qué hacer con él. La rabia de la familia es tan grande que Gregorio queda sumido en una fuerte depresión. Se reúsa a comer y decide que ya no quiere vivir. Un día la criada encuentra al monstruo muerto y sin remordimiento lo tira a la basura. Ligeramente apenados, pero por sobre todo aliviados, la familia se alegra de poder comenzar una nueva vida y salen a dar un paseo. Los padres se dan cuenta de que Grete se ha convertido en una joven agraciada y comienzan a planear cómo casarla. Así termina la novela. Lo primero que podemos decir de "La Metamorfosis" es que se trata de un relato fantástico. Pero de ella hay que hacer un análisis más profundo pues su psicología y simbolismo, presente, por lo demás, en toda su obra y no solo en esta historia, hacen de Franz Kafka un genio de la literatura universal. La obra está claramente marcada por los estragos causados en los inicios de la Primera Guerra Mundial transcurrida entre 1914 y 1918. En ella se ven reflejados problemáticas sociales, políticas y económicas. El mundo estaba cambiando, las personas se enfrentaban a mantener y redescubrir el individualismo sobre una modernidad en la cual la vida era cada vez menos humana. Desde el inicio, la única preocupación de Gregorio, siendo este cabeza de familia, y no obstante su transformación, es como afrontar la economía de la misma. Su aspecto físico es tan solo un impedimento para un buen desempeño laboral. Como podría alimentar a sus padres y enviar a una buena universidad a su hermana. Una de las curiosidades más destacadas dentro de la obra es el intento del personaje por comunicarse con sus seres amados, es como si intentara representar la imposibilidad que tenían las personas para comunicarse con el entorno en aquella difícil época. A pesar de los intentos de Gregorio por mantener su humanidad, fue perdiéndola poco a poco, sumergiéndose cada vez más en su metamorfosis, mientras más era tratado como un bicho, más insecto se volvía. No obstante que sus pensamientos seguían intactos, comenzó con adquirir un gusto extraño por la comida descompuesta, sin vínculos humanos o familiares sus pensamientos también fueron disminuyendo. Se transformó, en cuerpo y alma, en un bicho. Gregorio Samsa pasó de ser la persona más importante de su familia debido a sus aportes económicos, a ser una carga difícil de llevar, una carga que ni él mismo pudo soportar. ¿Qué importancia tenemos para las personas que nos rodean? Franz Kafka cuestiona la importancia que tiene el protagonista en su entorno familiar cuando no puede responder a sus obligaciones en el trabajo. Así, Gregorio como sustentador económico es querido y respetado por ellos. Sin embargo, desde el momento en que cae en desgracia es repudiado, primero por su padre, después por su madre y  hermana. El protagonista queda reducido al olvido y sus familiares demuestran una actitud egoísta, ya que solo ven a Gregorio como un ente sustentador. La vida del protagonista se reduce al hecho de trabajar sin preocuparse por sí mismo. Por otro lado, Gregorio vive rodeado de gente pero, en realidad, se encuentra solo. No tiene amigos, ni relaciones, tampoco buenos compañeros de trabajo. El protagonista toma conciencia de esta soledad al sufrir la transformación. Debido al rechazo de sus seres más cercanos, decide aislarse y considera la muerte como única solución. En fin, "La Metamorfosis" es una historia llena de excentricidades y problemáticas propias de una época de explotación laboral. Las personas pierden el calor humano que nos caracteriza como especie. Lo anterior nos lleva, muchas veces, a pensamientos en los que el individuo se define a si mismo como un estorbo para la sociedad y estos pensamientos derivan en suicidio. La particular obra literaria de Kafka nos lleva a mundos surrealistas, a estructuras de poder laberínticas y a atmósferas asfixiantes que no hacen más que recordarnos lo insignificantes que somos ante una naturaleza en la cual estamos irremediablemente insertos. Saludos.


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