Un lugar de literatura: Libros que leo

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jueves, 12 de agosto de 2021

El Jugador

Está fuera de toda duda que analizar cualquier obra de Fiódor Dostoyevski es una tarea ambiciosa. Por de pronto, se entiende que nos encontramos ante uno de los genios de la literatura universal. Uno de los autores más leídos de todos los tiempos y, sin discusión, el más famoso escritor ruso. Tanto de él como de su obra se han escrito páginas y páginas. Por doquier encontramos críticas, análisis y reseñas, sobre todo de sus dos obras maestras: "Crimen y castigo" y "Los Hermanos Karamazov". No es mi interés analizar sus  obras capitales pues de ellas no queda mucho qué decir o aportar. Por lo demás, habrá quienes lo hagan mejor que yo. No obstante lo anterior, la obra de Dostoyevski es extensa. Reconozco que no he leído todos sus cuentos y novelas, me quedan algunos por conocer. Aún así, después de leer la mayoría de sus libros, me atrevo a afirmar con seguridad que, aparte de sus dos obras maestras, su mejor novela es "El Jugador". La génesis de este relato es una historia curiosa por sí misma. Se trata de un texto breve y autobiográfico pues Dostoyevski sufría de adicción al juego. Además, fue escrita bajo presión ya que el escritor debía cumplir un plazo estipulado en un contrato impuesto por su editor, Fiódor Stelovski. Debía entregar una novela, a más tardar, el primero de noviembre de 1866. En caso de incumplimiento, el editor se quedaba con los derechos de autor de todo lo que escribiera Dostoyevski en los nueve años siguientes.​ En veintiséis días el autor dictó "El jugador" a la taquígrafa Anna Grigórievna Snítkina, quién, meses después, se convertiría en su segunda esposa.​ Fue publicada por primera vez en 1867 y narra, en primera persona, las peripecias Aléksei Ivánovich. Él es el joven tutor de los dos hijos pequeños de un general ruso venido a menos, Zagorianski, y se encuentra bajo sus órdenes. Acompaña al General y su familia en un viaje de vacaciones por Europa. El grupo llega a Roulettenburg, una capital alemana del juego, tal vez una Las Vegas de fines del siglo XIX que el propio escritor inventa. Pues bien, la proximidad del casino y las mesas de ruleta ponen en marcha una serie de acontecimientos que cambiarán la vida del protagonista y de todos los que le rodean. Nos encontramos con un personaje contradictorio, impetuoso y acosado por una pasión que lo hunde en la desesperación. Es una pasión doble pues, por una parte, está el juego; por otra, el amor. Este tipo de personajes son una constante en el maestro ruso. Un hombre moralmente inestable e incapaz de hacer frente a su destino por debilidad de carácter. Un personaje bondadoso, pero cobarde en lo que se refiere a madurez psicológica. En efecto, con el General viene su bella y conflictiva hijastra, Polina Aleksandrovna, de la cual el personaje está enamorado. Ella apenas le presta atención y lo maneja a su antojo con muy poca delicadeza. Lo utiliza y manipula de tal modo que, incluso, lo reta a comportarse de forma grosera con una pareja aristocrática, y él lo hace. Después le da siete  federicos para que gane dinero en la ruleta para ella. Eso incita al juego y transforma a Ivánovich de un profesor honesto, joven y preparado a un jugador empedernido ya que cree que solo con dinero va a conquistar a su amada. La relación de Aleksei y Polina está llena de altibajos y episodios de amor odio combinados con momentos de abandono de su voluntad por parte del docente. Pareciera que el personaje fuera incapaz de racionalizar su conducta y adecuarla a la sensatez. Lo mismo aplica a la ruleta: como muchos jugadores, el protagonista sufre rachas de buena y mala suerte que lo van atrayendo hacia el juego como destino inevitable. Por otra parte, el General Zagorianski lleva una vida repleta de lujos que no puede sustentar. Hipoteca todos sus bienes al francés De Grillet y pretende solucionar sus problemas económicos recibiendo la herencia de su millonaria tía, Antonida Vasílevna, a quien llama "la Abuela" y de la cual es su único heredero. Corteja a Mademoiselle Blanche, también francesa y mujer materialista que lo abandona pues, al final, el General no recibe la mentada herencia. Todos esperan la muerte de "La Abuela", pero un punto de inflexión se produce cuando Antonida Vasílevna aparece en la ciudad y sorprende a todos, deudores y acreedores. "La Abuela" es el personaje fundamental y, a mi juicio, más interesante de la novela puesto que dice entender que el General solo desea su muerte al mismo tiempo que anuncia a sus "presuntos" herederos que no obtendrán nada de su fortuna. Pide a Aléksei que ejerza como su guía por la ciudad, famosa por sus aguas curativas y también  por su infame casino. La mujer quiere jugar. Todo indica que la anciana pierde a propósito una gran cantidad de dinero en la ruleta como una forma de privar de su herencia a su sobrino, a quién considera un estúpido. Ana Vasilevna, a pesar de sus setenta y cinco años y de estar postrada en una silla de ruedas, se muestra con carácter, energía y lucidez. La novela termina con Aléksei Ivánovich en París y luego en Alemania sobreviviendo gracias al juego. Otro de los personajes principales es Mr Astley, un próspero comerciante inglés que también corteja a Polina, es más, una vez que el General pierde su herencia, ella rechaza definitivamente al docente y se va con el inglés. Solo en los párrafos finales Ivánovich se encuentra con  Astley y charla con él. Se entera que Polina se encuentra en Suiza y que lo ama de verdad. A su vez Mr. Astley le regala un poco de dinero con poca esperanza de que Alekséi no lo malgaste en el juego. Este vuelve a casa soñando con viajar a Suiza y recuerda lo que le hizo ganar en las mesas de ruleta en el pasado. Este es un texto con claros rasgos autobiográficos. Es muy conocido que el escritor sentía una irrefrenable pasión por el juego que le condujo a contraer deudas y a abandonar su país por miedo a la cárcel. Al respecto, les recomiendo leer con atención el capítulo catorce puesto que describe lo que produce la adicción al juego. También es autobiográfica la relación del General Zagorianski con Mademoiselle Blanche ya que describe los sentimientos frustrados del autor por su ex amante, Apolinaria Suslova, que lo había abandonado tres años antes. Se nos presenta a los distintos tipos de personas que asisten a los casinos: la cortesana de gran estilo, los prestamistas, los que juegan con cálculo, los que lo hacen compulsivamente, los metódicos y varios tipos más. Los personajes son profundamente fatalistas y piensan en un golpe de fortuna para salvar sus vidas. Finalmente las cosas se tuercen y pierden sus esperanzas de ver realizados sus sueños. Ante el fracaso, se sumergen en una indiferente aceptación del destino que toman como liberación. Dostoievski no realiza un juicio moral sobre las conductas de sus personajes. Los describe y los comprende. En cierta manera los justifica porque son como él: seres humanos con luces y sombras. Nada se puede hacer contra la mala suerte, una filosofía muy  arraigada en el pueblo ruso en contraposición a la forma de ser francesa, cínica, sinuosa, galante y amanerada. También muy distinta a la forma de ser inglesa, realista y emprendedora. Por su parte, el autor considera a los alemanes serviciales e interesados. Por último, es la época zarista y las clases sociales son inamovibles. El carácter personal no se puede cambiar, los individuos están determinados por los acontecimientos y el azar juega un papel esencial en la vida humana. De su  experiencia de vida y dolor provienen las convicciones pesimistas de Dostoievski. Estas son, además, la fuente de su inspiración literaria. Saludos.

martes, 2 de febrero de 2021

El Túnel

"El Túnel" es una novela considerada, por muchos, una de las obras maestras de la literatura latinoamericana. Fue publicada por primera vez en 1948 y escrita por el argentino, también pintor y matemático, Ernesto Sábato. Es una novela corta que llama la atención desde un comienzo pues, escrita en primera persona, nos revela el final en las primeras líneas. Así es como ya en el primer párrafo su protagonista, Juan Pablo Castel, confiesa el asesinato de su amante, María Iribarne. Por tratarse de un crimen, ustedes pensaran que se trata de una novela policial; sin embargo, siendo dicho crimen el final, la curiosidad por conocer al asesino desaparece. Por lo tanto, a medida que avanzan las páginas, el lector descubre que el relato se centra, más bien, en la angustia y el proceso psicológico que llevó a Castel a cometer semejante acto. Más que pertenecer al género policial, aún cuando posee elementos del mismo, nos encontramos ante una novela psicológica que entra profundamente en la psiquis perturbada del protagonista. La historia comienza en una exposición de arte donde Juan Pablo Castel, pintor de cierto renombre, muestra sus cuadros. En una de sus telas, titulada "La Maternidad", hay una escena marginal que consiste en una ventana que mira al mar. Castel advierte que una mujer, María Iribarne, es la única que contempla con atención dicha escena. Ante la misma pasan decenas de personas sin percatarse de ella pese, que para el artista, es parte fundamental de la pintura. Juan Pablo Castel queda impresionado por la receptividad de la joven que, luego de unos minutos, deja la exposición. En ese instante comienza la obsesión de Castel por encontrarla entre la multitud de Buenos Aires. Empiezan a manifestarse los trastornos de personalidad del pintor. Apenas duerme, anda por calles, comercios, parques; entra en todo tipo de lugares, siempre buscando a la mujer. Deja de pintar, deja de relacionarse con los demás: solo la quiere a ella. Por casualidad, la encuentra a las puertas de un edificio y, por fin, consigue entablar con ella una relación sentimental marcada por la incomunicación y los celos. Caen en lo que hoy llamaríamos una relación tóxica. Posteriormente, el pintor descubre que María Iribarne es casada con un ciego de nombre Allende. El descubrimiento hace que en Juan Pablo Castel se desate, aún más, una neurosis de la que ya había mostrado signos en encuentros anteriores. Sumergido en un mar de tormentosas dudas, concluye que María ha tenido y tiene una colección de amantes, de las que él es solo una pieza. También descubre que María frecuenta una estancia administrada por Hunter, un primo de Allende. Visita la estancia, persigue a María. La insulta, se arrepiente, después le dice que la quiere, que la necesita. La hace entrar en su infierno con tenacidad y sabiduría, conoce sus puntos débiles y utilizarlos cuando conviene. Causa una dependencia emocional de la que María decide escapar. Concuerdan una cita a la que ella no llega. Castel, desesperado, se entera que ella ha vuelto a la estancia y pide un auto prestado para manejar hasta el lugar. Allí cree ver lo que es un romance entre María y Hunter espiando por las ventanas. Decide asesinarla y entra en su habitación para atentar contra ella con arma blanca. La novela está escrita desde un profundo egocentrismo pues se trata de una autojustificación del asesinato cometido por Castel y narrado por él mismo. Lo que le importa al personaje en su relato es él mismo, tiene una personalidad ególatra y posesiva. Todo lo que sabemos sobre María es a través de sus ojos y la muestra como una mujer indescifrable, que no puede ser poseída ni escrutada; su compromiso no es total y su juego es peligroso. De hecho, sabemos poco de María Iribarne pues solo actúa a través de diálogos en los que no hace más que responder preguntas de forma vaga. Estimo que esta es la magia de los textos en primera persona. Se nos presenta una realidad subjetiva que podemos compartir o no. Nos damos cuenta de las contradicciones del personaje, de su raciocinio equivocado, de sus intentos de manipulación, incluso de su locura; sin embargo, es la realidad que el personaje establece bajo su perspectiva. En otras palabras, es su "verdad".  La novela trata en el fondo de un tópico recurrente en toda la obra de Sábato y este es la imposibilidad de entendimiento entre los hombres y la desolación que provoca la soledad entre  individuos que no logran comunicarse. Sus personajes son infelices y confundidos que elucubran ideas más allá de la sanidad mental y lo socialmente razonable. Castel se percibe a sí mismo como incomprendido y manifiesta reiteradamente un desprecio por sus semejantes. Ve en María la última posibilidad de que alguien lo comprenda y, tal vez, eso explique su obsesión por ella. Vamos a concluir este análisis diciendo que la novela cobra plena vigencia hoy puesto que Juan Pablo Castel cae directamente en el estereotipo del macho maltratador y femicida que tanto combate el movimiento contra la violencia de género. Es como si Sábato, en los años cuarenta, hubiera adivinado los temas que se robarían la agenda política de nuestros tiempos. Es un libro, a pesar de su tono oscuro y hasta siniestro,  que se lee fácil. Atrapa aunque sepamos el final y ese es su principal mérito. En resumen, "El Túnel" es una novela que no puede faltar en ninguna de nuestras bibliotecas. Saludos.